La dieta cetogénica, a groso modo, es aquella que se centra en la obtención de energía a costa de la producción por parte el hígado de los cuerpos cetónicos.
Los cuerpos cetónicos son fuentes de energía “alternativa”, derivadas de la oxidación de los ácidos grasos, que suplen la función energética de los azúcares cuando estos se reducen (en ayuno), en particular, en el cerebro ya que este no puede utilizar las grasas con ese fin.
Son muchas las revisiones en las que se ponen de manifiesto los beneficios de las dietas cetónicas como son: la pérdida de peso, el beneficio sobre el sistema cardiovascular, síndrome metabólico etc.
¿Cuánta cantidad de hidratos de carbono (HC) debemos tomar en la dieta cetogénica?
En las dietas cetogénicas podemos encontrar que el consumo de carbohidratos es variable, pasando de un 5% hasta el 30-40%, esto es debido a que no se rige por unas pautas dietéticas concretas. Decir, que tantas dietas con el consumo de un 5% o de un 30% de HC ambas serán dietas cetogénicas, puesto que en ambas se producirán cuerpos cetónicos, solo que en las primeras serán más elevados. Siendo el matiz que las diferencia, que aquellos que quieran alcanzar un estado de cetosis, tendrán que consumir muy bajas concentraciones de azúcares, que deben ser inferiores a 5 gr/día en la mayoría de las situaciones. La idea se centra en que el consumo de HC se reduzca por debajo de las recomendaciones estándares, y de las necesidades orgánicas, de forma que el organismo, por medio de las modificaciones de las rutas metabólicas movilice el tejido graso para la síntesis de cuerpos cetónicos. Lo ideal, sería poder conocer las concentraciones mínimas de glucosa en sangre, con las que el organismo comenzará a sintetizar cuerpos cetónicos, además de tener en cuenta, que hay elementos grasos capaces de estimular la formación de cuerpos cetónicos, como sucede con el aceite de coco, que es altamente termogénico y anorexígeno.
Dieta cetogénica: fases
Hablaremos de forma muy sucinta de los posibles cambios que se pueden experimentar a la hora de realizar la dieta cetogénica, para de esta forma poder ponerles solución o al menos entender que forman parte de las respuestas de la adaptación. Las fases de la dieta cetogénica vienen marcadas por los mecanismos intrínsecos de cada individuo, necesarios para la adaptación a la modificación dietética.
1. La primera fase
que comprendería el inicio de la dieta cetogénica, es la más compleja y en la que se debe tener en cuenta que aquellas personas que están acostumbradas al consumo de cantidades importantes de azúcares refinados, se verán expuestos a los sistemas de recompensa, con la aparición de cierto grado de ansiedad, irritabilidad, nerviosismo, apatía…Siendo una respuesta psicoemocional.
2. La segunda fase
se da en los primeros días, siempre dependiendo de las características del individuo y la dieta previa, pero durante los dos-tres primeros días, en término medio, se activará los nuevos mecanismos del control energético. Qué es lo que tarda el sistema de regulación energético, por medio del control epigenético, en modificar la expresión de sus genes. En esta fase si no se controla bien pueden aparecer mareos, taquicardia, síndrome asténico, apatía… Esta fase es secundaria a los desajustes metabólicos.
3. Durante las primeras semanas, tercera fase, se incrementará el metabolismo basal (con incremento de la pérdida de peso), en respuesta al incremento de cortisol, glucagón, noradrenalina… ya que en una primera instancia el organismo considerará este cambio en la dieta como una agresión, activándose el sistema neuroendocrino para intentar restaurar el estado inicial.
4. En la siguiente fase
(fase de adaptación) tras las primeras semanas, se obtendrá un nuevo estado estacionario, con la normalización de las nuevas vías de control metabólico, regresando a un nivel de consumo energético más bajo y por consiguiente la reducción del peso no será tan marcada o se verá estabilizada.
¿La dieta cetogénica es buena?
Quien tenga interés en conocer en profundidad la dieta cetogénica puede indagar en la bibliografía, donde podrá encontrar los mecanismos implicados y los efectos sobre la salud. Pero de forma general podemos decir que la dieta cetogénica nos ha acompañado a lo largo de nuestras historias, que es una dieta asumible, que se recomienda además, que un profesional especializado sea quien nos asesore a la hora de realizarla, y que es importante un control analítico y un estudio previo. También puntualizar, que se debe prestar atención a los posibles déficits que pueden derivar de la modificación de los hábitos, y que son dietas que lo mejor es que se integren de forma progresiva.
Beneficios de la dieta cetogénica
Estos son algunos de los beneficios que anuncian los defensores la dieta cetogénica:
• Pérdida de peso. Al disminuir la utilización de la glucosa como fuente de energía, se queman rápidamente las reservas de grasa.
• Reduce la glucosa.
También defiende que al reducir los hidratos mejora la resistencia a la insulina (hormona que favorece que la grasa se quede en las células, impidiendo que se queme); pero no hay evidencia científica de qué ocurre al cabo de un año.
• Evita los antojos. Al reducir los picos de glucosa sanguínea, la dieta cetogénica reduce antojos y ataques de hambre.
• Saciante. Al aumentar el consumo de alimentos ricos en grasas buenas, aumenta la saciedad.
• Otros beneficios. Sus defensores también le atribuyen protección frente al alzhéimer, efecto antiinflamatorio, antiedad, etc.
PROS Y CONTRAS DE LA DIETA CETOGÉNICA
1. Reducir los hidratos ¿es buena idea?
La respuesta es sí por lo que respecta al pan, pizza, pasta, arroz… y no, en cuanto a verdura o fruta. Tomar demasiados cereales se puede traducir en obesidad, diabetes, etc. Y, aun así, reducir su consumo drásticamente tampoco es una buena idea. De hecho, así lo reflejan las nuevas guías dietéticas, como la del plato saludable de la Escuela de Salud Pública de Harvard, que aconseja tomarlos como guarnición y no como plato principal.
2. Proteínas, un exceso te perjudica. La dieta cetogénica, en sí, no es alta en proteínas. Se aconseja un consumo moderado (del 15 al 20% de las kcal diarias), pero existe el riesgo (bastante frecuente) de que al reducirse los hidratos aumente el consumo de proteínas, lo que podría causar daño renal. Apuesta por fuentes proteicas naturales de calidad: pescados, carne magra, huevo… Si estás buscando una dieta proteica, aquí tienes un menú para seguir dos semanas y adelgazar.
3. Grasas, el principal nutriente.
La dieta cetogénica propone aumentar el consumo de grasas al 70-75% de las calorías totales diarias. Prioriza las grasas saludables, que procedan de alimentos naturales, vegetales y animales: aceite de oliva, nueces, semillas, coco, pescado azul… No obstante, dado el elevado porcentaje de grasas que requiere esta dieta, es frecuente que se acaben consumiendo un exceso de grasas saturadas, lo que puede favorecer los trastornos cardiovasculares.
4. Fibra, se reducen las frutas y verduras. La dieta cetogénica solo permite algunos vegetales muy bajos en carbohidratos, como los de hoja verde (espinacas y lechuga); y entre las frutas, las más recomendables son las frambuesas y fresas, cítricos o el aguacate, todas ellas bajas en hidratos. Esto favorece los déficits de fibra,vitaminas y minerales.
5. Menos agua, puede provocar estreñimiento.
El estreñimiento es una consecuencia frecuente de la dieta Keto. Es debido a que las dietas bajas en hidratos causan deshidratación. El contenido del intestino se reseca y se endurece por la falta de agua, lo que puede causar estreñimiento. El problema se agrava al restringir considerablemente el consumo de frutas y vegetales (necesario para alcanzar el estado de cetosis), ya que existe el riesgo de un menor aporte de fibra. Por ello en esta dieta es imprescindible estar siempre muy bien hidratado.
Esto es todo por hoy, si necesitas un profesional especializado que te ayude y analice tu caso no dudes en contactar conmigo si quieres empezar un plan KETO.
¡Feliz semana!